En esta época del año, las tradiciones nos envuelven en un ambiente cálido y especial. Y aunque en cada casa estas celebraciones se viven de una forma única, hoy quiero hablarte de una que en mi familia no puede faltar: el Kringle. Este dulce nórdico, lleno de historia y sabor, ha llegado para quedarse en nuestra mesa, sustituyendo al tradicional Roscón de Reyes. ¿La razón? Su sabor inigualable y la sencillez de su preparación.
Preparar un Kringle es algo más que cocinar; es crear un momento especial. Mientras amasamos y el aroma a canela inunda la cocina, nos conectamos con una tradición que se remonta siglos atrás, a tierras frías y a épocas en que este dulce era símbolo de unidad. Hoy quiero invitarte a que descubras este pastel navideño y, quién sabe, quizás también se convierta en una tradición en tu hogar.
¿Qué es el Kringle? La receta navideña de origen nórdico que deberías probar
Hoy quiero contarte sobre una receta especial que ha ganado un lugar de honor en mi casa durante la Navidad: el Kringle. Este delicioso pastel nórdico, de aspecto trenzado y lleno de especias, reemplaza el tradicional Roscón de Reyes en nuestra mesa, y créeme, no tiene nada que envidiarle.
Historia del Kringle: un dulce con origen medieval
El Kringle tiene raíces profundas en la historia de Europa del Norte. Según cuentan, esta receta nació en el siglo XIII, introducida en las frías tierras nórdicas por monjes católicos. Su nombre significa “círculo” o “anillo,” haciendo referencia a su forma tradicional, un símbolo de unión y continuidad. Aunque con el tiempo han surgido muchas variaciones, el Kringle original se caracteriza por su trenzado artesanal, perfumado con canela y frutos secos, lo que lo convierte en un auténtico placer para los sentidos.
En muchos países nórdicos, el Kringle es un dulce típico de Navidad, y representa el espíritu de la temporada con sus aromas y sabores cálidos y especiados. La combinación de canela, frutos secos y mantequilla en una masa suave y dorada lo convierte en un postre ideal para las reuniones familiares.
¿Por qué hacer un kringle en navidad?
En mi casa, optamos por el Kringle como alternativa al Roscón de Reyes por varias razones. Además de ser un postre delicioso y lleno de historia, el Kringle es fácil de hacer y siempre resulta espectacular. Con su trenzado único y su textura esponjosa, se ha convertido en un símbolo de nuestras celebraciones navideñas. Este dulce no solo aporta sabor, sino también calidez y tradición a nuestras fiestas.
Además, preparar un Kringle en casa es una experiencia gratificante y divertida. Desde amasar y trenzar la masa hasta el momento en que el aroma a canela invade toda la cocina, cada paso es una invitación a disfrutar de lo sencillo y auténtico.
Cómo hacer un kringle: la receta paso a paso
Ingredientes del Kringle
Para la masa:
- 30 g de azúcar
- La ralladura de 1/2 limón
- 30 g de mantequilla
- 15 g de levadura prensada
- 1 yema de huevo
- 130 ml de leche
- 300 g de harina de fuerza
- 1 pizca de sal
Para el relleno:
- Nutella
- Nueces (opcional)
Pasos para la elaboración
Para empezar, coloca la mantequilla en un bol amplio y comienza a batirla. Si tienes una batidora con gancho amasador, este es el momento de usarla. Añade el azúcar, la ralladura de limón y un poco de leche para ayudar a integrar los sabores. Agrega también la levadura, que activará la masa y le dará ese esponjado característico de los panes y dulces bien fermentados.
Incorpora la mitad de la harina y mezcla a velocidad baja para evitar que la harina salga volando. Poco a poco, añade el resto de la harina hasta que se integre por completo. El resultado debería ser una masa homogénea y ligeramente pegajosa, pero fácil de manejar. Si ves que la masa comienza a despegarse de las paredes del bol, sabrás que está lista para el siguiente paso.
Cuando tengas una bola de masa bien formada, retírala del bol y dale un breve amasado a mano. Después, colócala en otro bol y cúbrela con un paño o film plástico. Ahora, deja que la magia suceda: deja que la masa repose en un lugar cálido durante aproximadamente una hora, o hasta que doble su tamaño. Este tiempo de fermentación permitirá que la masa gane en suavidad y ligereza.
Una vez que la masa ha reposado, llega uno de los pasos más entretenidos: estirarla y darle forma. Coloca la masa en una superficie enharinada y, con un rodillo, extiéndela en un rectángulo de aproximadamente 40×50 cm. No te preocupes si no es perfecto; lo importante es que la masa esté lo suficientemente fina para permitir que el relleno se distribuya bien.
Ahora, esparce una capa generosa de Nutella sobre la masa estirada, extendiéndola de manera uniforme. Si lo prefieres, añade algunas nueces troceadas para un toque crujiente. Estos frutos secos realzarán el sabor de la Nutella y aportarán una textura que hará cada bocado más interesante.
Una vez que tienes el relleno en su lugar, comienza a enrollar la masa desde uno de los bordes largos, formando un cilindro firme. Con cuidado, usa un cuchillo afilado para cortar el cilindro por la mitad a lo largo, pero deja unos tres dedos sin cortar en uno de los extremos. Esto es crucial para poder trenzar la masa sin que se desarme.
Aquí viene el momento especial de trenzar el Kringle. Con las dos mitades abiertas y el relleno expuesto, trenza ambas partes y luego únelas en forma de anillo. Este paso no solo le da al Kringle su apariencia característica, sino que también permite que el relleno se mezcle con la masa en cada giro, asegurando que cada porción tenga su justa cantidad de Nutella.
Cuando tu Kringle esté trenzado y listo, precalienta el horno a 180°C. Coloca el anillo en una bandeja de horno y hornea durante unos 20 minutos, o hasta que adquiera un bonito color dorado. Mientras se hornea, el aroma a Nutella y masa recién hecha llenará tu cocina, creando un ambiente irresistible.
Una vez horneado, deja que el Kringle se enfríe completamente sobre una rejilla. Para un toque final, espolvorea azúcar glass por encima, como un suave manto de nieve. Este detalle no solo lo hará más apetecible a la vista, sino que añadirá un toque de dulzura extra.
Y ahí lo tienes, un Kringle listo para disfrutar. Perfecto para compartir en una merienda o como protagonista en tus celebraciones navideñas. Este dulce no solo aporta sabor, sino también historia y tradición, algo que sin duda dará un toque especial a cualquier reunión familiar.
¿Te atreves a probar el kringle?
Te invito a que pruebes a preparar este dulce en casa y disfrutes del auténtico sabor de una tradición centenaria. Este año, dale un giro especial a tus celebraciones navideñas con el Kringle.
Si haces la receta, ¡déjame saber cómo te fue! Estoy deseando ver tus creaciones y compartir contigo la dulzura de este maravilloso postre. ¿Te animas?